Procura, mientras muere la mies en la cizaña,
Flexible cual felino que avizora el ratón,
Medir el salto… Y luego, ¡que gire la cucaña,
De la vida ! – No hay fuerza contra la tradición.
Flota como la espuma, zurce tu telaraña
Y sé tan multiforme como un líquido. Con
La improbable paciencia del pescador de caña,
Subirás poco a poco de escalón en escalón.
Gasta gorro y pantuflas cabe la lumbre. Pero
Para hacer estas cosas sujétate a la ley
de todas las divinas y humanas tonterías,
Sin asomo de pena. Sin torpes rebeldías,
Fingiendo la indulgente pasividad del buey.
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